tras caer de un puente lleno de trampas,
se abre un agujero que estaba oculto por la neblina.
la caida atraviesa viento helado y escarchado
que golpea la piel y la hace sangrar.
esos golpes, lentos y pequeños,
son los que no se notan hasta un pinto.
demasiado tarde para actuar,
es cuando duelen
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